*Los guardarraíles son una barrera de protección eficaz para coches.
*En moto, pueden aumentar la siniestralidad en lugar de evitarla.
*Se les atribuye el 15% de las muertes en casos de accidentes en moto.
Los guardarraíles o “quitamiedos” han sido y siguen siendo la gran amenaza de los motoristas. Concebidos inicialmente para impedir la salida de la vía de coches y vehículos de cuatro ruedas que circulan a gran velocidad, no están adaptados al tamaño, altura ni requisitos de seguridad que exige la conducción de una moto.
Por este motivo, resultan no solo inútiles para este fin, sino que suponen un serio peligro para la integridad física del piloto y su acompañante. De hecho, a estas supuestas “barreras de seguridad”, sin duda eficaces ante el impacto de un coche, se les atribuye la responsabilidad de ser la causa de alrededor del 15 por ciento de las muertes por accidente en vehículos de dos ruedas.
Cómo funcionan los quitamiedos
Ante el creciente número de motos en circulación y su valor en alza como medio de transporte económico, rápido y sostenible, resulta imperativo en la actualidad construir guardarraíles técnicamente pensados para optimizar la seguridad e integridad física del motorista y su acompañante.
Esto conlleva la construcción o sustitución de los tradicionales quitamiedos por nuevas estructuras adaptadas a la naturaleza de la moto, que eviten o al menos minimicen el impacto de accidentes y contribuyan a salvar vidas en lugar de ponerlas en riesgo.
El modelo de guardarraíl, vigente en España desde 1972, consta de una estructura de dos franjas longitudinales en acero galvanizado, unidas entre sí por una pieza en forma de T, con una altura equivalente a la de la cintura de una persona. Una barrera de protección eficaz para vehículos de cuatro ruedas, dotados de carrocería, pero que representa una trampa para motoristas cuya única protección es su propio cuerpo.
Si el impacto es frontal, el motorista saldrá literalmente despedido por encima de la estructura. Si es lateral, se deslizará inevitablemente por el asfalto y pasará por debajo del quitamiedos, actuando la pieza metálica en forma de T como una cuchilla capaz de producir serias amputaciones o partir la columna vertebral. Esto es así incluso circulando a 30 kilómetros por hora y utilizando el debido equipamiento.
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El nuevo “airbag” de los motoristas
Aunque no es fácil, la solución pasa por construir quitamiedos con materiales firmes y a la vez flexibles, capaces de minimizar el impacto e impedir el devastador efecto guillotina. Un sistema de protección eficaz que actúe como un “airbag” de amortiguación y permita una conducción más segura, relajada y feliz.
En numerosos países de la Unión Europea, están vigentes desde hace tiempo medidas que obligan a construir guardarraíles aptos para los vehículos de dos ruedas, evitando este tipo de accidentes. En España, el 10 de enero del 2005 entró en vigor la Orden Circular 18/2004 por la que se deben instalar sistemas alternativos a los descritos y proteger los postes de los modelos de doble T, lamentablemente todavía en uso en nuestras carreteras.
Más información:
Asociación Mundial de la Carretera
Un perfil de las carreteras de España
La sección Carreteras del Ministerio de Fomento
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