Las averías de moto pueden impedir que lleguemos hasta nuestro destino o un taller de reparación. De cara a evitarlas, repasamos las más frecuentes y recordamos que la cobertura de asistencia en viaje es una de las más demandadas por los motoristas.
La calidad es un factor determinante en la vida útil de cualquier producto. Y también el tipo de uso que se haga de él. En el caso de las motocicletas, practicar una conducción racional y ser rigurosos en lo relativo al mantenimiento contribuirá a disfrutar de ellas durante más tiempo y a circular con seguridad.
Sin duda, se trata de un modus operandi muy recomendable si lo que se pretende es evitar contratiempos y tener que pasar por el taller. Por ello, con el objetivo de no quedarnos tirados y vernos obligados a rascarnos el bolsillo, es importante conocer cuáles son las averías de moto más frecuentes.
La conservación del embrague, esencial
La rotura del embrague es una de las averías de moto más frecuentes. Y teniendo en cuenta que la función de este elemento es transmitir o desconectar la potencia del motor a la caja de cambios, su conservación es vital para el normal funcionamiento de un vehículo.
En las motos actuales, es habitual el empleo de embragues bañados en aceite. Pues bien, para evitar contratiempos, los expertos recomiendan que, llegado el momento de someter a la moto a una revisión, se elija un lubricante homologado de calidad y, obviamente, con el grado de viscosidad que recomiende el fabricante. Asimismo, el cable del embrague debe encontrarse en buen estado y correctamente tensado.
Alternador y centralita electrónica: bien protegidos
Además, entre los componentes de una moto que suelen averiarse frecuentemente se encuentran el alternador y la centralita electrónica. El primero de ellos es el encargado de alimentar el sistema eléctrico y de cargar la batería. Y la segunda puede considerarse un pequeño ordenador que regula parámetros relacionados con el motor.
Funciones muy importantes que, de verse alteradas, pueden traducirse en problemas para arrancar o en un mayor consumo de combustible, por poner algunos ejemplos. Para prevenirlos, entre otras medidas, es aconsejable proteger las partes del sistema eléctrico cuando vaya a lavarse la moto.
Bomba de combustible: el depósito, siempre lleno
Otro de los elementos fundamentales de una moto es la bomba de combustible, cuyo cometido es conducir la gasolina desde el depósito hasta el sistema de alimentación a una presión constante. Por lo tanto, una bomba de combustible averiada tiene una repercusión directa en el funcionamiento del propulsor.
Desde el punto de vista mecánico, de la inspección y limpieza de una bomba de combustible han de encargarse los profesionales de un taller especializado. Pero como usuarios, y este consejo es extrapolable al uso de cualquier vehículo a motor, el mejor consejo es no apurar el depósito de combustible hasta la reserva.
Si el tanque está casi vacío, no habrá carburante suficiente para lubricar la bomba. Y no menos importante: podrían entrar impurezas en el sistema de alimentación. Igualmente, se recomienda no escatimar y, puestos a elegir en la estación de servicio, llenar el depósito con la gasolina de mayor octanaje.
Fugas y pérdidas de líquidos: más vale prevenir…
Y entre las averías de moto más frecuentes también figuran las relacionadas con los líquidos. Hablamos de fugas de aceite en el motor, pérdida de lubricante en la suspensión o un nivel de líquido de frenos y de refrigerante que se encuentre por debajo del mínimo recomendado.
Las revisiones visuales periódicas facilitan advertir si una horquilla de la suspensión pierde aceite por los retenes o, en el supuesto de caer en el suelo, si la moto presenta alguna fuga de líquidos. En situaciones así, es preciso acudir al taller cuanto antes para subsanar averías que podrían dar lugar a otras mayores –entre ellas, la reparación o sustitución del motor–.
Si una moto no se utiliza, ¿podría averiarse?
Hasta aquí, las averías de moto más frecuentes que suelen registrarse en las motocicletas que se utilizan con frecuencia. Pero, ¿qué sucede con aquellas que permanecen a buen recaudo en una plaza de garaje durante mucho tiempo? ¿También pueden averiarse? La respuesta es afirmativa. Por dicho motivo, conviene poner en práctica los siguientes consejos:
- La primera medida preventiva, sobre todo si lo que se desea es hibernar la moto durante los meses más fríos del año, es desconectar o desmontar la batería. Si se opta por esta última opción, la batería tiene que guardarse en un lugar seco, mantenerla limpia, engrasar los bornes y comprobar el nivel de carga periódicamente con un cargador específico, preferiblemente de los denominados inteligentes. Así no nos veremos en la obligación de comprar una batería nueva.
- Si no se desconecta o desmonta la batería, la moto debe arrancarse y recorrer unos kilómetros, al menos, una vez al mes. Para ello, antes de circular, el motor ha de permanecer al ralentí hasta que alcance la temperatura adecuada para que el aceite bañe los diferentes componentes del propulsor. No hacerlo podría dar lugar a una avería grave.
- Y para que la moto pueda circular, no podemos dejar el depósito de combustible vacío… Como se ha comentado anteriormente, podríamos provocar una avería en la bomba de combustible y también en los filtros. Además, un tanque vacío tiene más posibilidades de oxidarse.
- Si se trata de una moto con transmisión secundaria por cadena, esta última siempre debe estar engrasada y tensada para que no se oxide ni coja holgura. Mover manualmente la rueda trasera evitará que se bloquee el conjunto de la transmisión.
- En cuanto a los neumáticos, ha de procurarse, en la medida de lo posible, que no estén en contacto con el suelo mientras la moto no se use. De esta forma, no llegarán a deformarse. Si no pudiese emplearse un caballete central, se aconseja aumentar la presión de los neumáticos entre medio kilo y un kilo.
Cobertura de asistencia: una de las más demandadas
Por todo lo expuesto, tanto si se utilizan frecuentemente como si se guardan en un garaje durante un largo periodo de tiempo, las motos no están exentas de averías que, en algunos casos, pueden impedir que sus propietarios continúen circulando hasta su domicilio o el taller. Por ello, tal y como queda de manifiesto en el informe Las dos ruedas en España, la de asistencia es una de las coberturas no obligatorias más demandadas por los motoristas.
Especialista en seguros de moto, Senassur, fiel a su política de ofrecer productos que se adapten a las necesidades de todo tipo de usuarios, facilita ampliar las garantías de la póliza contratada con la cobertura opcional de Asistencia en Viaje.
La misma cuida tanto de los motoristas que realizan un uso intensivo de la moto diariamente como de aquellos que gustan disfrutar de escapadas durante los fines de semana o llevar a cabo viajes de largo recorrido e incluye las siguientes garantías:
- Asistencia en viaje en Europa y los países ribereños del Mediterráneo.
- Traslado del vehículo desde el km 0 hasta un radio de 300 km (taller de libre elección).
- Cobertura a las personas (tramitación de multas, gastos médicos y alojamiento y traslado en caso de inmovilización del vehículo).
- Gastos de custodia del vehículo asegurado por inmovilización o recuperación tras un robo.
Los mediadores interesados en recabar más información y ofrecer los seguros de moto de Senassur, gestionados junto a la gran aseguradora europea L’Équité, pueden contactar con la correduría de seguros a través del formulario de contacto. Asimismo, tienen a su disposición el teléfono de atención al mediador 902 213 030 (de lunes a viernes en horario de 9:00 a 18:30 horas) y la dirección de correo electrónico senassur@senassur.es.
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