Iniciarse en el mundo de las dos ruedas no es tarea sencilla. Para hacerlo con éxito, es preciso que los motoristas novatos tengan en cuenta varias cuestiones, desde saber cuál es el modelo que se adapta a sus necesidades hasta conocer trucos que contribuyan mejorar su seguridad al manillar.
Desde Senassur, especialistas en seguros de moto y quad para corredores y mediadores, apoyamos a aquellos motoristas novatos que apuestan por las motocicletas y los scooters para moverse por ciudad.
Afortunadamente, cada vez son más los que eligen motos y scooters para realizar sus desplazamientos urbanos diarios. Unos, los más jóvenes, como reclamo de independencia. Otros porque están cansados de padecer atascos a bordo de sus automóviles y, aprovechando que poseen el permiso de conducción B, deciden aparcarlos y decantarse por un medio de transporte rápido, económico y, por si fuera poco, respetuoso con el medio ambiente.
En cualquier caso, si te encuentras entre los motoristas novatos, toma nota de las siguientes recomendaciones.
Elige el modelo adecuado
No te precipites a la hora de adquirir una moto o un scooter. Por ejemplo, piensa que si vas a moverte frecuentemente por ciudad, una deportiva, aunque sea de 125 c. c., puede que no sea lo más indicado. Valora el uso que le vayas a dar y qué cosas vas a transportar diariamente. Explícale al comercial del concesionario qué necesitas exactamente y él te aconsejará. Súbete al modelo en cuestión, comprueba que tu postura es cómoda, que los pies llegan fácilmente al suelo… Y, por último, solicita probarlo en las proximidades del establecimiento para verificar su respuesta, confort de marcha y agilidad.
No cometas el error de gastar tu dinero en un vehículo que no satisfaga tus necesidades. Y si tu bolsillo te lo permite, adquiérelo nuevo y a ser posible con sistema de frenada combinada o ABS.
Scooters de tres ruedas: sí, pero…
En otro artículo del presente blog han quedado patentes las ventajas de los scooters de tres ruedas, especialmente valorados por los automovilistas al poderse conducir con el carné B. Además, brindan especial confianza a los motoristas novatos al ofrecer una mayor estabilidad y seguridad, en especial los modelos equipados con sistema antibloqueo de frenos y control de tracción.
A pesar de ello, no debes olvidar que, al fin y al cabo, estás conduciendo un scooter y que su manejo no es similar al de un utilitario. Desconecta de las cuatro ruedas y ponte en “modo” motero.
No descuides el equipamiento
Al contrario de lo que sucede cuando se adquiere un automóvil, la compra de una moto o un scooter conlleva un desembolso extra en concepto de equipamiento. Y, como sabrás, el casco es obligatorio por ley. Si eres joven, lo más probable es que desees hacerte con ese modelo integral que luce el diseño de tu piloto favorito. Pero lo mismo te conviene uno abatible o de tipo “jet”. Al igual que comentábamos en el primer punto, acércate a una tienda especializada y déjate aconsejar. Y no cometas el error de “heredar” el casco de un familiar o amigo. Por cuestión de seguridad estrena uno de tu talla.
Igualmente importante es contar con una chaqueta con protecciones y unos guantes de motorista. En cuanto a la primera, existe una amplia y variada oferta: desde prendas genuinamente moteras hasta otras de corte casual. Y por lo que respecta a los segundos, no recurras a los que sueles ponerte asiduamente para combatir el frío. Si sufres una caída, no te protegerán.
Por último, también encontrarás pantalones vaqueros dotados de protecciones para uso diario y calzado específico. En el caso de este último, puedes reemplazarlo por otro que sea robusto, cerrado, que cubra la zona de los tobillos y, a ser posible, sin cordones.
Motoristas novatos: ¡ojo con las caídas en parado!
De un tiempo a esta parte, de manera especial con la aparición de la crisis económica, se ha incrementado lo que los expertos denominan “conducción subconsciente”. Explicado más claramente, las preocupaciones o problemas hacen que algunas personas conduzcan “desconectadas” de la realidad y presten menos atención al tráfico, lo cual aumenta la probabilidad de sufrir un accidente.
Si al ir pensando en tus cosas le sumas que formas parte del colectivo de motoristas novatos, es probable que intentes iniciar la marcha sin haber quitado el antirrobo. En ese caso, la caída está asegurada. Pero, tranquilo, también le sucede a los veteranos…
Para no te pase, un buen remedio es adquirir un sistema de un color fluorescente y, por si no fuese suficiente, colocar una pegatina llamativa junto al contacto. De esta forma, recordarás que debes quitarlo…
Igualmente, ten precaución al bajar y subir el caballete –practica la operación en parado– y en asegurarte de que la pata de cabra está plegada cuando vayas a circular –por fortuna, la mayoría de modelos de hoy en día cuentan con un sensor de seguridad–.
Al manillar, siempre alerta
Se suele decir que un automóvil transmite mayor seguridad que un vehículo de dos ruedas y que, en comparación con el conductor del primero, un motorista está más desprotegido y, por lo tanto, expuesto al riesgo.
Con el objetivo de minimizar esta condición, conviene conducir relajado pero siempre alerta, observando tanto lo que sucede por delante como alrededor y detrás, que para eso tu moto o scooter cuenta con retrovisores.
Como recomendación práctica que reforzará tu seguridad, si los vehículos que te preceden se detienen ante un semáforo en rojo, circula entre ellos, siempre que haya espacio suficiente, hasta la línea “Avanza Moto”. De esta forma, evitarás un posible accidente por alcance.
Conducción más “suave” con lluvia
Si tienes que coger la moto en un día de lluvia, lo primero que debes hacer es comprobar si tus neumáticos están en buen estado, ya que uno de los “pecados” de los motoristas novatos suele ser no preocuparse demasiado por el mantenimiento. Si las cubiertas no cuentan con un dibujo con una profundidad que garantice la evacuación del agua y rodar con seguridad, lo mejor es que optes por otro medio de transporte para evitar el temido “aquaplaning” y una caída.
Deberás ser más “suave” a la hora de abrir gas y vigilar por dónde circulas. ¿Habías pensado alguna vez que la pintura de los pasos de cebra, las tapas de alcantarilla o las rejillas de ventilación pueden ser “trampas” fatales si inclinas la moto o frenas bruscamente sobre ellas? Ojo también con los charcos: es posible que “camuflen” un agujero sin asfaltar.
No imites las malas conductas
Independientemente de si el día es soleado o llueve, compórtate como un buen motorista. En ciudad, entre los malos hábitos del colectivo se encuentran superar los límites de velocidad, avanzar posiciones sirviéndose del carril contrario, no utilizar los intermitentes al realizar las maniobras, zigzaguear entre vehículos o no respetar los semáforos. Incluso hay quienes realizan aceleraciones bruscas, como si de la parrilla de salida de un Gran Premio se tratase, o circulan con unos niveles acústicos superiores a los establecidos.
Estas conductas pueden derivar en un accidente o molestar al resto de ciudadanos. Si no las llevas a cabo, podrás considerarte un motorista más seguro y contribuir a que la sociedad tenga una mejor imagen del colectivo.
El mantenimiento, esencial
Aunque en la actualidad los intervalos de mantenimiento son cada vez mayores, no debes descuidar la puesta a punto de tu “máquina”, pues de la misma dependerá que circules con mayor o menor seguridad. Entre los motoristas novatos, suele ser habitual que sólo se preste atención al nivel de combustible, dejando las cuestiones relacionadas con la revisión en la “carpeta” de “asuntos pendientes”.
Como comentábamos anteriormente, no es necesario que seas un experto para saber si los neumáticos, único nexo entre el vehículo y el asfalto, se encuentran en buen estado. Si con el transcurrir de los días aprecias visualmente que se van pareciendo a un “slick” de competición y que su dibujo tiende a “desaparecer”, cámbialos de inmediato.
En cualquier caso, lo mejor es que acudas periódicamente a tu concesionario o taller de confianza. Allí, sus profesionales llevarán un registro y te indicarán cuándo es necesario cambiar el aceite o el líquido refrigerante, reemplazar los filtros, etc.
Aparca en lugares seguros
Y puestos a ser cuidadosos, siempre que puedas procura seleccionar el lugar donde aparcas tu moto en la vía pública. Existen espacios exclusivos en la calzada, donde también podrás dejar el vehículo de forma oblicua entre automóviles –pero procura que no quede encajonada para que no reciba golpes–. Otra opción es aparcarla en la acera, siempre que tenga una anchura superior a tres metros y no haya señales de prohibición. En este supuesto, deberás dejarla junto al bordillo.
Para evitar las tentaciones de los amigos de lo ajeno, no dejes nada de valor en las guanteras o el “top case”. Si, además, en las proximidades hay cámaras de seguridad, mucho mejor.
Participa en un curso de conducción segura
Por todo lo expuesto, y teniendo en cuenta que eres un motorista novato, considera participar en un curso de conducción segura. Más allá de las nociones aprendidas en la autoescuela, conocerás otras, tanto teóricas como prácticas, que te ayudarán a desprenderte de los malos hábitos y a manejar tu flamante moto o scooter con mayor seguridad.
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