A pesar de que la conservación de la red viaria española se ha resentido debido a la reducción de presupuesto en la actual coyuntura económica, todavía cuenta con un buen número de “tramos blancos”, caracterizados por su buen estado y mínimos índices de peligrosidad.
Desde Senassur, especialistas en seguros de moto y quad para corredores y mediadores, repasamos recientes informes que ponen de relieve el actual estado de conservación de la red viaria de nuestro país, cuáles son algunas de las carreteras españolas más seguras y, en el polo opuesto, qué tramos presentan mayor peligrosidad para los usuarios de motocicletas.
Sin duda, la crisis económica ha limitado el mantenimiento de la red viaria de nuestro país. Así, queda de manifiesto en el “Estudio sobre necesidades de inversión en conservación», elaborado por la Asociación Española de la Carretera (AEC).
Allí, entre otras conclusiones, se destaca que tres de cada cuatro kilómetros de pavimento presentan grietas en la rodada y uno de cada tres muestra desintegraciones, deformaciones y baches. La AEC advierte, además, de la necesidad de reponer 330.000 señales verticales, repintar las marcas viales de 52.000 kilómetros de carreteras, mejorar el estado de las barreras metálicas de seguridad y de las luminarias, etc.
Carreteras con “tramos blancos”
En términos generales, según este informe, las carreteras españolas se encuentran actualmente en un estado de conservación que roza el “muy deficiente”. Calificación que pone en riesgo la seguridad vial y, de manera especial, la integridad del colectivo de los motoristas.
Pero, afortunadamente, en nuestro país también existen carreteras, autovías y autopistas que, por su aceptable estado de conservación y ausencia de siniestros, pueden ser consideradas las más idóneas y seguras a la hora de realizar desplazamientos en moto. Vías que, a tenor de otro estudio de la AEC, concentran el mayor número de “tramos blancos”; esto es, aquellos con una longitud, al menos, de entre cinco y veinticinco kilómetros que no han registrado accidentes con víctimas mortales en los últimos años.
A continuación, se detallan las carreteras españolas en las que más de la mitad de su longitud corresponde a tramos blancos, con el número de kilómetros y el porcentaje que representan dichos tramos en cada vía:
* A-41 (Ciudad Real-Puertollano): 34,480 kilómetros 100porciento).
* A-58 (Trujillo-Cáceres): 45,526 kilómetros (100 por ciento).
* R-4 (Madrid-Ocaña): 52,580 kilómetros (99,8 por ciento).
* A-63 (Oviedo-La Espina): 27,660 kilómetros (97,9 por ciento).
* AP-36 (Ocaña-La Roda): 132,530 kilómetros (90,1 por ciento).
* A-22 (Lérida-Huesca): 76,434 kilómetros (89 por ciento).
* N-629 (Colindres-Cereceda): 77,400 kilómetros (88,5 por ciento).
* N-632a (Ribadesella-Gijón): 29,200 kilómetros (75,5 por ciento).
* AP-8 (Irún-Bilbao): 94,540 (75,5 por ciento).
* AP-66 (Campomanes-León): 57,100 kilómetros (75,1 por ciento).
* AP-71 (León-Astorga): 28,540 kilómetros (74,8 por ciento).
* N-521 (Trujillo-frontera portuguesa): 105 kilómetros (74,8 por ciento).
* A-43 (Extremadura-Comunidad Valenciana): 125,600 kilómetros (71,7 por ciento).
* AP-1 (Burgos-Éibar): 127,784 kilómetros (69,5 por ciento).
* A-50 (Ávila-Salamanca): 67,860 kilómetros (68,3 por ciento)
* N-234 (Sagunto-Burgos): 283,240 kilómetros (62 por ciento).
* AP-2 (Zaragoza-Barcelona/Tarragona): 133,360 kilómetros (61,9 por ciento).
* A-48 (Tres Caminos-Vejer de la Frontera): 25,660 kilómetros (60,6 por ciento).
* A-66 (Gijón-Sevilla): 385,130 kilómetros (59,1 por ciento).
* N-620 (Burgos-Fuentes de Oñoro): 103,440 kilómetros (58,6 por ciento).
* N-536 (Ponferrada-La Rúa): 29,800 kilómetros (57,4 por ciento).
* AP-53 (Santiago de Compostela-Dozón): 31,700 kilómetros (56 por ciento).
* N-III (Madrid-Valencia): 70,600 kilómetros (55,7 por ciento).
* N-400 (Toledo-Cuenca): 79,190 kilómetros (55 por ciento).
* N-320 (La Gineta-Venturada): 96 kilómetros (50,9 por ciento).
* A-11 (Los Rábanos-San Martín del Pedroso): 46,250 kilómetros (50,8 por ciento).
* N-420 (Córdoba-Tarragona): 276,020 kilómetros (50,6 por ciento).
A modo de conclusión, las vías analizadas destacan por un óptimo estado del firme: muy bueno (37,5 por ciento) y bueno (62,5 por ciento) en los tramos blancos de carreteras con calzadas separadas y bueno (66,6 por ciento) en los pertenecientes a carreteras convencionales.
Igualmente, reciben la calificación “buena” y “muy buena” en lo relativo al estado de conservación de las marcas viales, de la señalización vertical y del balizamiento, presentando, además, “márgenes que perdonan”; es decir, “medidas encaminadas a minimizar las consecuencias de una potencial salida de la vía: despeje lateral, protección de obstáculos, cunetas poco profundas, etc.”.
Si a ello sumamos unos valores de accidentalidad y unos índices de peligrosidad muy por debajo de la media registrada en el resto de la red viaria española, las carreteras señaladas pueden considerarse entre las más seguras de nuestro país para circular en moto.
Las vías menos seguras
Por otra parte, según el undécimo informe del programa EuroRAP, las carreteras con mayor riesgo de accidente para los usurarios de motocicletas son, por lo general, las ubicadas en zonas de media montaña, con numerosas curvas y cambios de rasante; vías habitualmente utilizadas para el disfrute de la conducción durante los fines de semana.
Con el objeto de reducir la siniestralidad en el colectivo de motoristas, el estudio propone mejorar el firme y la señalización, colocar sistemas de contención y un mayor control de la velocidad en los tramos con las características señaladas anteriormente.
Igualmente, el informe destaca dos tramos negros para los usuarios de motocicletas. El primero de ellos se encuentra en la carretera N-325 de Alicante, entre los puntos kilométricos 0 y 20, ya que los siete accidentes mortales y graves registrados en dicha vía en el periodo 2011-2013 fueron protagonizados por motoristas. Además, también se señala la N-621 de León, en concreto del kilómetro 72 al 100, con cinco siniestros de similares características.
Por último, conductores profesionales consultados por la AEC relatan que las peores carreteras españolas son la N-340 (une Cádiz y Barcelona a través de 1.248 kilómetros) y la autovía del Este (A-3), que comunica Madrid con Valencia.
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