El seguro en los vehículos conectados

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Sin duda, los vehículos conectados ofrecen muchas ventajas, pero también conllevan riesgos significativos. A través del presente post generamos un debate que, en la segunda parte del mismo, se enriquecerá con la opinión de expertos en ciberseguridad y privacidad y, cómo no, de profesionales del sector asegurador.

vehículos conectados

Allá por 1964, el célebre divulgador científico Isaac Asimov, autor de obras tan reconocidas como “Yo, robot” o “Fundación” –primera de una reconocida saga compuesta por un total de siete volúmenes– predijo que 50 años después –o sea, en 2014– se pondría mucho esfuerzo en el diseño de vehículos con cerebros robóticos. Actualmente, empresas automovilísticas, de componentes y tecnológicas están inmersas en el desarrollo de automóviles autónomos, en cuya toma de decisiones tienen mucho que ver los ordenadores –los cerebros robóticos que imaginó Asimov–.

Y en una entrevista concedida a un programa televisivo –“A World of Ideas”, de Bill Moyers– en 1988, el escritor y profesor de bioquímica avanzó que, en poco tiempo, y sin la necesidad de salir de casa, las computadoras facilitarían a los seres humanos acceder a “enormes bibliotecas” y materiales de referencia sobre cualquier tema. Sin duda, el gurú de la ciencia ficción ya estaba previendo el impacto de Internet, desconocida para el gran público en aquella época y popularizada a nivel mundial una década después.

Transformación digital: un mundo conectado

Treinta años más tarde de aquella premonición, el planeta ha experimentado un cambio drástico. Estamos inmersos en una transformación digital que no se concibe sin las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Se estima que en torno a 4.000 millones de personas –cerca de la mitad de la población mundial– están conectadas a Internet. Por lo tanto, se ha cumplido uno de los vaticinios de Isaac Asimov.

En cuanto a los vehículos autónomos, el divulgador científico también dio en la diana, pues hoy son una realidad. Aunque, de momento, se encuentran en fase evolutiva y a la espera de la elaboración de infraestructuras y marcos normativos que propicien su masificación. Si las predicciones de la consultora McKinsey & Company se cumplen, en el horizonte del año 2040 el porcentaje de coches autónomos podría llegar a ser del 75 por ciento.

Hasta entonces, “lo último” en el mundo de la automoción son los vehículos conectados. Al respecto, se estima que en 2020 el 22 por ciento de los coches que circulen por el planeta tendrán conexión a Internet y brindarán una serie de destacadas ventajas a sus afortunados propietarios. En este sentido, los expertos coinciden en que la conectividad propicia el desarrollo de automóviles más seguros, cómodos y eficientes. Pero también alertan de sus inconvenientes.

Riesgos asociados a la conectividad

Entre ellos, los riesgos relativos a la ciberseguridad y la privacidad. Por lo que respecta a la primera, atrás quedaron los tiempos en los que la conexión a Internet se ceñía a las computadoras de Asimov. El presente está condicionado por el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y cada vez son más los dispositivos conectados a la Red, desde televisores hasta relojes inteligentes, pasando por los electrodomésticos de la cocina, las zapatillas para hacer deporte y, como estamos viendo a través del presente post, los automóviles.

Todos ellos, y no solamente los ordenadores, los “smartphones” y las “tablets”, están expuestos a los riesgos del ciberespacio. En el caso de los vehículos conectados, expertos en ciberseguridad han dado a conocer los resultados de sus investigaciones, a través de las cuales han podido apagar remotamente el motor de un automóvil, modificar la trayectoria del vehículo, accionar o desactivar los frenos, encender y apagar las luces, modificar el sistema de monitorización de la presión de los neumáticos (TPMS, por sus siglas en inglés), manipular el aire acondicionado, encender el equipo de audio, abrir y cerrar el techo solar o desactivar la alarma de seguridad.

En la industria del automóvil son conscientes de las vulnerabilidades citadas y de los desafíos que plantea el ciberespacio. Por ello, los fabricantes han creado departamentos específicos cuyo fin es detectar grietas de seguridad en los sistemas de sus vehículos para evitar que puedan ser aprovechadas por los “hackers”.

Además, de cara a mitigar los riesgos derivados de la conectividad, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), ha publicado recientemente seis principios clave en materia de ciberseguridad respaldados por sus principales miembros:

  1. Cultivar una cultura de ciberseguridad.
  2. Adoptar un ciclo de vida de seguridad cibernética para el desarrollo de vehículos.
  3. Evaluar las funciones de seguridad a través de las fases de prueba.
  4. Administrar una política de actualización de seguridad.
  5. Garantizar la respuesta y recuperación ante ciberincidentes.
  6. Mejorar el intercambio de información entre los actores de la industria.

Según Erik Jonnaert, secretario general de ACEA, “el mundo digital ofrece oportunidades sin precedentes. Sin embargo, también conlleva amenazas como un ciberataque directo a los automóviles conectados. Por ello, es de vital importancia controlar los riesgos cibernéticos”.

Vehículos conectados: Pólizas de seguros y privacidad

Hasta aquí, queda claro que los fabricantes están poniendo de su parte para evitar, en la medida de lo posible, que sus vehículos conectados sean presa de los cibercriminales. Pero ¿qué sucedería si uno de ellos fuese “hackeado” y acabase sufriendo o provocando un accidente de circulación?

Ante un supuesto así, ¿quién se haría cargo de los daños ocasionados en el automóvil, sus ocupantes y/o terceros? ¿El fabricante del vehículo, como responsable del sistema de conectividad, o la compañía aseguradora? ¿Será necesario que los propietarios de coches conectados cuenten con pólizas específicas que contemplen los ciberriesgos?

Sin duda, nos encontramos ante un nuevo escenario que da pie a un debate de lo más interesante. Por ello, de cara a la elaboración de la segunda parte del presente post, desde Senassur consultaremos a profesionales de los sectores de la automoción, la seguridad de la información y del seguro, quienes nos darán su particular visión sobre el panorama que plantea la conectividad en materia de ciberseguridad y cobertura de siniestros.

Y también en lo que a la privacidad se refiere, ya que los vehículos conectados generan datos cuya utilización comienza a ser disputada por fabricantes, concesionarios, talleres y aseguradoras. Ante una cuestión tan delicada, y al margen de lo que tengan que decir al respecto las autoridades competentes en materia de protección de datos de carácter personal, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) e Insurance Europe, patronal europea de seguros y reaseguros, han lanzado las campañas Mi coche, mis datos y #Data4Drivers, respectivamente, con la intención de garantizar que sean los propietarios quienes decidan quién accede a los datos de sus vehículos y con qué finalidad.

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2 Responses to El seguro en los vehículos conectados

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