Velocidad excesiva: peligroso factor de riesgo

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Sobre todo en vehículos de dos y tres ruedas, una velocidad excesiva o inadecuada puede tener unos efectos muy negativos en la conducción que acaben ocasionando un accidente de tráfico, en muchas ocasiones con graves consecuencias. Pero, además, no respetar los límites genéricos establecidos conlleva: multas económicas, pérdida de puntos del carnet y, tal y como especifica el Código Penal, la privación del derecho a conducir vehículos a motor y hasta penas de prisión.

velocidad excesiva

Una vez más, desde Senassur, especialistas en seguros de moto y quad para mediadores y corredores, nos ocupamos de temas de interés relacionados con la seguridad vial. En esta ocasión de la velocidad excesiva o inadecuada, un peligroso factor de riesgo para los usuarios de motocicletas.

Buena parte de los accidentes de tráfico que se registran en las carreteras españolas están ocasionados por la velocidad excesiva (por encima de los límites establecidos) o inadecuada (dentro de los límites pero sin ajustarse a las condiciones de la vía, el vehículo o el conductor). Sin duda, tanto una como otra, junto a las distracciones y la ingesta de alcohol y/o drogas, representan un potencial factor de riesgo y quienes las ponen en práctica tienen muchas posibilidades de acabar sufriendo un siniestro.

Por el contrario, circular a una velocidad adecuada puede llegar a evitar que se produzca un accidente o que sus consecuencias sean mucho menos graves. Es cuestión de lógica.

Velocidad excesiva o inadecuada

Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) nos recuerdan que la velocidad excesiva o inadecuada se relaciona directamente con uno de cada cinco accidentes con víctimas. Por su parte, el grupo de investigación FACTHUM.lab del Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) de la Universidad de Valencia, a través del estudio “El porqué de los radares”, pone de manifiesto que “la velocidad excesiva reduce el tiempo de reacción, dificulta el control del vehículo y la rectificación de la trayectoria, aumenta la agresividad y el estrés del conductor y altera el funcionamiento sensorial (disminuyendo el campo visual) y el fisiológico (aumentando el nivel de fatiga)”.

Sin duda, se trata de una cuestión que no debe tomarse a la ligera, ya que la probabilidad de fallecer o sufrir lesiones graves permanentes es mucho mayor en un accidente con velocidad excesiva. Y ello es así debido a las leyes de la física, según las cuales un vehículo en movimiento acumula una energía, denominada cinética, que aumenta en función del peso y la velocidad del vehículo.

A tenor de lo expuesto, los daños físicos y materiales que se sufran en un accidente de tráfico estarán directamente relacionados con la cantidad de energía cinética acumulada. Por ejemplo, una colisión contra un objeto rígido puede compararse con la caída de un vehículo desde cierta altura. De esta forma:

  • Una colisión a 50 km./h. equivale a caer desde un tercer piso.
  • Una colisión a 120 km./h. equivale a caer desde el piso 14.
  • Una colisión a 180 km./h. equivale a caer desde el piso 36.

Por si fuese poco, conviene tener en cuenta que una velocidad excesiva también puede ocasionar daños muy graves a terceros. En el caso de los peatones, a partir de 30 km/h, y especialmente en la franja comprendida entre 40 y 55 km/h, la posibilidad de causarles una discapacidad como resultado de un atropello es muy elevada.

Velocidad adecuada y distancia de detención

Así pues, y por todo lo expuesto, lo correcto es poner en práctica una velocidad adecuada, que, según la DGT, es aquella que permite dominar un vehículo ante cualquier obstáculo o imprevisto. En este sentido, además de los límites que marque la señalización, han de considerarse otros factores igualmente relevantes como las condiciones de la vía, el estado del vehículo –de ahí la importancia que reviste el mantenimiento– y del propio conductor.

Nos referimos a factores muy importantes que, junto a la velocidad, pueden aumentar la distancia de detención. Porque, está claro, cuanto mayor sea la velocidad, más espacio se recorrerá antes de que el vehículo se detenga por completo o disminuya la velocidad lo suficiente como para evitar el accidente.

Igualmente, una velocidad adecuada ayudará al vehículo a mantenerse estable en las curvas. En este escenario, una velocidad excesiva puede provocar que el vehículo llegue a ser inestable, pierda su trayectoria y acabe saliéndose de la vía. Y las probabilidades de sufrir un accidente en curva se acentúan aún más cuando el suelo se encuentra mojado o los neumáticos están en mal estado.

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