Nomofobia en la empresa: ¿qué es y cómo superarla?

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La dependencia excesiva de las nuevas tecnologías genera tecnoestrés. Y ser esclavos del teléfono móvil puede ocasionarnos nomofobia, un trastorno que tiene consecuencias tanto en lo personal como en el ámbito laboral.

manos sosteniendo móviles con diferentes apps

Como ha quedado de manifiesto en otros artículos del blog para corredores de seguros de Senassur, dispositivos móviles como el smartphone se han convertido en aliados imprescindibles tanto a nivel personal como laboral. Su utilidad está fuera de toda duda. Pero también conllevan riesgos y, en el caso del teléfono móvil, pueden llegar a generar nomofobia.

Según la Real Academia Española (RAE), las palabras que acaban en “fobia” expresan una “aversión” o “rechazo”. En definitiva, dichos términos hacen referencia al miedo, temor, repulsión e incluso terror que los seres humanos podemos sentir ante algo o alguien. Sin embargo, la RAE aún no ha incluido nomofobia en su diccionario.

Nomofobia: miedo a quedarse sin el móvil

Y debería hacerlo. El Diccionario Cambridge eligió nomofobia como ‘Palabra del Año 2018’. Y estudios como ¿Estamos hiperconectados?, impulsado por Ikea, dejan clara la dependencia de los españoles al teléfono móvil. A tenor de las conclusiones de dicho informe, el smartphone e Internet se han convertido en bienes de primera necesidad sin los cuales no podemos vivir:

  • El 65% de los encuestados afirma que volvería a su casa para recoger el móvil si se le olvida al salir a la calle, un porcentaje que asciende al 75% en el caso de los menores de 25 años.
  • El 50% de los entrevistados reconoce que dedica más de dos horas al día a interactuar con el smartphone por ocio.
  • Un tercio de las mujeres navega más de tres horas con su teléfono móvil por motivos personales.
  • La mitad de los menores de 25 años está más de tres horas conectado a redes sociales o WhatsApp.
  • Por último, una de cada tres personas mira el móvil más de 100 veces al día. Y el 25% de los menores de 25 años, una media de 150 veces.

Puede que muchas de las personas que declaran estar hiperconectadas padezcan nomofobia. Es decir, miedo a no poder disponer de su smartphone porque se lo han dejado en casa o la oficina, se les ha descargado la batería o lo han extraviado.

Nomofóbicos: ¿quiénes padecen la nomofobia?

En cuanto a quienes sufren ese temor a quedarse sin su teléfono móvil, se los denomina nomofóbicos. Y como dejan entrever los resultados del estudio ¿Estamos hiperconectados?, todo parece indicar que los usuarios más jóvenes son los más propensos a entrar en pánico si se ven privados de su tesoro.

Ello puede deberse a que se trata de nativos digitales que han crecido a la par que los desarrollos tecnológicos. Pero el hecho de que estén más familiarizados con la tecnología no significa que los adultos no sufran nomofobia. En estos últimos también pueden darse casos de una gran dependencia a los dispositivos móviles.

Hace años, el perfil de los nomofóbicos correspondía al de una persona insegura, con baja autoestima y sin habilidades sociales o actividades de ocio. Actualmente, no tiene por qué ser así. Individuos aparentemente seguros, con elevada autoestima y activos en círculos sociales también pueden sufrir ese temor a no poder utilizar el teléfono móvil de manera asidua e incluso compulsiva.

Quienes sean observadores podrán reconocer fácilmente a los nomofóbicos por algunas conductas que los delatan:

  • Incluso en las reuniones familiares o de empresa, los nomofóbicos miran constantemente su smartphone para comprobar si ha entrado un nuevo mensaje de WhatsApp o un correo electrónico.
  • Lejos de ser ordenados y respetar las horas de descanso, trasnochan para navegar o interactuar con sus redes sociales. Al respecto, conviene recordar que, entre otros riesgos, la falta de sueño puede provocar accidentes de tráfico.
  • Las personas que dependen del teléfono móvil no apagan nunca el dispositivo y siempre están pendientes de localizar un enchufe para, en caso necesario, poder cargarlo.
  • Y manifiestan nerviosismo en los lugares en los que no disfrutan de cobertura.

¿Cuáles son los síntomas de la nomofobia?

Sobre el uso excesivo del smartphone, muchos nomofóbicos lo justifican argumentando que el teléfono móvil es necesario para atender cuestiones importantes relacionadas con el trabajo o la familia. Pero lo cierto es que, más allá de dichas consultas, se esconde una fobia que provoca una serie de síntomas:

  • Sensación de ansiedad.
  • Nerviosismo.
  • Taquicardias.
  • Pensamientos obsesivos.
  • Dolores de cabeza y de estómago.
  • Resistencia al estrés.
  • Ataques de pánico.

¿La dependencia del móvil influye en el trabajo?

Más allá de los síntomas descritos, los expertos advierten de otras consecuencias no menos preocupantes que ocasiona la nomofobia. Ser esclavos del móvil puede dar lugar a un ensimismamiento con el mundo virtual que, a su vez, provoque un desentendimiento del mundo real y, por lo tanto, un deterioro en la relación física con otras personas.

Igualmente, la dependencia del teléfono móvil llevada al extremo afecta al rendimiento laboral. Y se manifiesta a través de los siguientes síntomas:

  • Angustia y estrés. Haberse olvidado el smartphone en casa, llevarlo encima pero sin cobertura o no disponer de un cargador cuando la batería está a punto de agotarse puede ser un auténtico drama para un nomofóbico. De manera especial, para los perfeccionistas que desean estar permanente localizables y se sienten en la obligación de contestar de inmediato a todas las llamadas o mensajes que reciban.
  • Pérdida de concentración. Estar pendiente del móvil continuamente impide concentrarse en el trabajo que se está realizando. Considerando las numerosas notificaciones que se reciben, eso supone muchas pérdidas de concentración al día. En definitiva, seremos menos eficaces en el ámbito laboral.
  • Disminución de la creatividad. Es otra de las características de un nomofóbico. En el smartphone tiene todo lo que necesita para entretenerse. Tan sencillo como encenderlo… Pero esa facilidad impide que sea creativo o imaginativo llegado el momento de solucionar un problema.

Además, ese ensimismamiento con el mundo virtual al que hacíamos referencia también puede pasar factura en la oficina. Si no le prestamos atención a nuestro jefe, un compañero de trabajo o un cliente porque le damos prioridad a nuestro teléfono móvil, no vamos a quedar muy bien…

Consejos para superar la nomofobia

Como sucede con otras fobias, si queremos superar la nomofobia lo primero que debemos hacer es ser conscientes de nuestro problema y desear ser menos dependientes del smartphone. A partir de ahí, es aconsejable confiar en especialistas en dependencias y adicciones. Mientras tanto, poner en práctica los siguientes consejos nos ayudará a llevar una vida menos esclava de un dispositivo tan útil como adictivo:

  • Priorizar el mundo real al mundo virtual.
  • Establecer unas horas de uso del dispositivo y disminuir progresivamente su utilización.
  • Tener el teléfono móvil en silencio con la vibración activada.
  • Apartar el smartphone de nuestra vista durante las comidas.
  • No interactuar con el dispositivo después de cenar y apagarlo por la noche.
  • Utilizar un reloj tradicional con despertador para levantarse.
  • Realizar pequeñas salidas fuera del domicilio sin el teléfono móvil.
  • Eliminar aplicaciones innecesarias del dispositivo.
  • Dejar el smartphone en una habitación distinta o guardarlo en un cajón mientras realizamos una actividad que requiere nuestra atención.

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