Desconectar del trabajo contribuye a que nuestra salud física y psicológica no se deteriore. Y también a mantener las relaciones sociales. Si alguna vez te lo has planteado, te ofrecemos unos consejos para conseguirlo. ¡Ponlos en práctica!
En el actual contexto de crisis sanitaria, los expertos advierten que se trabaja más tiempo que antes de la pandemia. Sobre todo en el trabajo remoto, se ha intensificado el uso de horas extras. Sin embargo, desconectar del trabajo es necesario. Algo que no todo el mundo puede o sabe hacer…
Pero, ¿por qué es recomendable desconectar de los quehaceres profesionales? Y sobre todo, ¿qué se debe tener en cuenta para lograr conciliar vida laboral y personal? ¿Es posible? Si eres de los que no desconecta del trabajo y estás continuamente pendiente de tu smartphone o tablet, este artículo te interesa.
Desconexión laboral: ¿qué dice la ley?
Indudablemente, la desconexión del trabajo no siempre es sencilla. Algunos perfiles profesionales deben brindar un servicio que, en muchas ocasiones, va más allá del horario laboral. Pero, salvo excepciones, conviene saber que la normativa española contempla el derecho a desconectar del trabajo.
Por ejemplo, la Ley orgánica de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales hace referencia al derecho de la desconexión digital en el ámbito laboral. En su artículo 88, la citada norma establece que:
- Los trabajadores y empleados públicos tienen derecho a la desconexión digital para garantizar, fuera del tiempo de trabajo establecido, el respeto a su tiempo de descanso, permisos y vacaciones. Y también a su intimidad personal y familiar.
- Igualmente, la ley deja claro que los empleadores han de elaborar una política interna con el objetivo de definir las modalidades de ejercicio del derecho a la desconexión.
- Y también las acciones de formación y sensibilización encaminadas a que el personal haga un uso responsable de las herramientas tecnológicas. De esta manera, se contribuirá a evitar el riesgo de fatiga informática.
Sobre dicha cuestión, el Real Decreto-ley 28/2020 de trabajo a distancia, también conocido como ley de teletrabajo, recuerda lo siguiente:
- Las personas que trabajan a distancia, particularmente en teletrabajo, tienen derecho a la desconexión digital fuera de su horario de trabajo en los términos establecidos en el artículo 88 de la Ley orgánica de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales.
Sin duda, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han supuesto un antes y un después en el ámbito laboral. Pero depender de ellas continuamente y no desconectar del trabajo nos puede acabar pasando factura.
¿Prolongar la jornada tiene consecuencias?
Efectivamente, prolongar nuestra jornada profesional tiene consecuencias negativas. Entre ellas, los especialistas en salud laboral destacan las siguientes:
- Consecuencias físicas. De manera especial en aquellos trabajadores que pasan muchas horas sentados frente a un ordenador, no desconectar termina provocando lesiones. Y no solo eso: las jornadas maratonianas son causa de trastornos digestivos, aumento de la presión arterial, problemas relacionados con el sueño…
- Consecuencias psicológicas. De igual manera, ampliar la jornada laboral es causante de estrés. Y un estrés continuo origina problemas de salud mental, ataques de pánico, trastornos obsesivo-compulsivos, etc.
- Consecuencias en las relaciones sociales. Es de sentido común: cuantas más horas se trabaje, menos tiempo se dedicará a la vida personal. Y ello puede deteriorar nuestra relación con familiares y amigos.
Además, una de las secuelas del exceso de trabajo es el tecnoestrés, provocado por un uso intensivo de las TIC más allá del horario laboral. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), el estrés asociado a las TIC conlleva efectos psicosociales negativos. Y se divide en varios tipos:
- Tecnoansiedad. Se traduce en una activación fisiológica no placentera, así como en tensión y malestar.
- Tecnofobia. Es el miedo o aversión hacia las TIC.
- Tecnofatiga. El uso de las TIC ocasiona cansancio, así como agotamiento mental y cognitivo.
- Tecnoadicción. Utilización excesiva, a todas horas y en cualquier sitio, de las TIC.
En resumen, debemos ser conscientes de que prolongar la jornada laboral de forma continua y no descansar tiene consecuencias físicas y psicológicas. Y no menos relevante, trabajar más horas afectará a nuestras relaciones sociales.
¿Cómo desconectar del trabajo presencial?
Si bien la pandemia impuso el teletrabajo en muchas organizaciones, poco a poco se va regresando al formato presencial. O, al menos, a un modelo de trabajo híbrido que representa lo mejor de dos mundos. Pensando en quienes trabajan presencialmente, hemos seleccionado los siguientes consejos para desconectar del trabajo:
- El trabajo presencial define mejor la línea que separa el horario laboral del personal. Una vez que se sale de la oficina, es recomendable olvidarse de los quehaceres profesionales hasta el día siguiente. ¡No te lleves trabajo a casa!
- Fuera del horario laboral es aconsejable realizar ejercicio o practicar técnicas de relajación, pasar más tiempo con familiares y amigos, dedicar el tiempo a una actividad placentera, planificar un viaje o una escapada…
- Una vez en casa, marcarnos una rutina nos ayudará a desconectar. Darnos una ducha, ponernos ropa cómoda o preparar la cena son hábitos que facilitan estar más relajados y olvidarnos de los asuntos profesionales.
- Y a no ser que sea estrictamente necesario, es esencial desentenderse del teléfono móvil y de las redes sociales empresariales.
Al salir de la oficina, poner en práctica estas actividades contribuirá a que podamos desconectar, pensar y hacer cosas ajenas al trabajo, recuperarnos físicamente…
¿Desconectar del teletrabajo es posible?
Otra cosa es desconectar del teletrabajo. A quienes practican trabajo a distancia les cuesta más conciliar. Especialmente, a los profesionales que teletrabajan desde sus domicilios. Y ello es así porque, en muchos casos, no acaban diferenciando entre horario laboral y personal, lo cual se traduce en jornadas interminables.
Para favorecer que los teletrabajadores sean productivos y, al mismo tiempo, puedan desconectar del trabajo, compartimos una serie de recomendaciones:
- Establecer una rutina diaria y unos horarios es el primer paso para saber cuándo empieza y finaliza una jornada laboral.
- Del mismo modo, se deben fijar prioridades y evitar la procrastinación. Son dos medidas fundamentales para aprovechar el horario laboral y poder desconectar una vez finalizado.
- Relacionado con el consejo anterior, durante el teletrabajo hay que prevenir cualquier tipo de distracción.
- Como ya se ha comentado anteriormente, no se debe abusar del uso de las TIC. Son primordiales para teletrabajar, pero una utilización excesiva nos provocará tecnoestrés.
- Tener un espacio propio y organizado posibilita que seamos más productivos cuando teletrabajamos. Pero si deseamos tomar un café o comer, debemos abandonarlo y reponer fuerzas en otro lugar distinto al destinado a trabajar.
- Por último, quienes practiquen teletrabajo han de mentalizarse y descansar. El reposo es imprescindible para no tener secuelas físicas y mentales.
En definitiva, desconectar del trabajo es saludable. No hacerlo acarrea una serie de consecuencias que, a su vez, deterioran nuestra calidad de vida. Si deseas conciliar vida laboral y personal, todo es cuestión de planteárselo. ¿Cuándo empiezas?
Un artículo interesante y útil… Indica lo que muchos trabajadores intentamos sin éxito normalmente. Hay que tener claro que hay un tiempo para trabajar y otro para no trabajar, para el ocio. Un reto que el incipiente teletrabajo surgido con el Covid-19 nos ha puesto aún más difícil… Urge propósito de enmienda: debemos desconectar. Por nosotros, nuestra familia y amigos…